Otro
tono
La participación del Papa Francisco
en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro ha venido a confirmar
todo lo que se ha venido apuntando desde el inicio de su pontificado. Francisco
es un Papa cercano, sencillo y humilde y, estas cualidades le convierten en una
persona extremadamente carismática. Hay que reconocer que todas las JMJ
anteriores ya pusieron de relieve que, a pesar de que algunos se empeñan en
aparentar que la Iglesia católica está caduca y se queda sin adeptos, la
realidad es que su líder es probablemente la persona más seguida en el mundo, y
desde luego deja atrás a cualquier líder político o social, incluidos cantantes
y deportistas de moda. Pero en este caso, la concentración de tres millones de
personas en la playa de Copacabana supera los antecedentes para convertirse en
una de las más multitudinarias de la Historia.
Por lo demás, son muchos los que
destacan el carácter revolucionario del Papa argentino, e incluso algunos señalan
que su mensaje se inscribe en la línea de la llamada Teología de la Liberación.
En realidad, yo creo que no es correcto inscribir a Francisco en la estela de
ese movimiento que terminó acaso siendo más político que religioso. Más bien
ese carácter “revolucionario” no es más que el que deriva del verdadero
espíritu cristiano, y desde luego no supone ruptura sino más bien una vuelta a
la esencia del cristianismo y de la doctrina católica. En mi opinión se trata
simplemente de un muy acertado cambio de tono, de la misma letra con una música
más agradable, acaso de un saber dónde poner el énfasis (las desigualdades
sociales, la justicia, la dignidad de la persona y su trascendencia espiritual,
la imitación de Cristo como verdadero núcleo de los valores cristianos) frente
a otras cuestiones de comportamiento que están asentadas en la doctrina de la
Iglesia y quizá ahora no es tan necesario repetir. Algunos señalan que ahora
prima lo social sobre lo moral, pero yo creo que los temas que ahora se
destacan son más bien aspectos morales y religiosos de primer orden. Hay quien
destaca que el Papa no ha reiterado en esta ocasión su rechazo al aborto o al
matrimonio homosexual, pero el propio Francisco en la conversación con los
periodistas en el avión de regreso (que ellos han calificado como
extraordinariamente sincera, abierta y cercana) ha señalado que esa doctrina de
la Iglesia, como la negativa a la ordenación sacerdotal de las mujeres, está
absolutamente clara. Eso sí, en la misma conversación supo poner el énfasis en
el respeto a la homosexualidad, en la gran importancia del papel de la mujer en
la Iglesia, o en la muy necesaria renovación de la Curia, acompañada del
castigo de los delitos que se hayan podido cometer, pero también del perdón de
los pecados.
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